Red de Protección Social de la Comunidad Judía Argentina: Se presentó el informe sobre la atención a familias vulnerables

Con modalidad virtual, el miércoles 1° de septiembre se realizó la presentación del informe “Respuesta de la comunidad judía argentina en tiempos de pandemia: atención a las familias vulnerables y sectores medios empobrecidos”.

A través de la plataforma Zoom se dieron a conocer los resultados de la investigación cuantitativa y cualitativa sobre la implementación e impacto del programa “Nueva Demanda”, que fue diseñada y desarrollada en forma coordinada por la Red de Protección Social de la Comunidad Judía Argentina, integrada por la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), el American Jewish Joint Distribution Committee (El Joint), la Fundación Tzedaká y La Fundación de Acción Social de Jabad. El informe fue elaborado junto al Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA).

Se trata de un programa social temporario de ayuda en emergencia a la población de la comunidad judía afectada por la pandemia de COVID-19 que, como consecuencia de la disminución de ingresos, comenzó a atravesar una crítica situación económica. Las cuatro organizaciones lo ponen en marcha en mayo de 2020 en el Área Metropolitana de Buenos Aires, sumando más tarde a las comunidades del resto de las provincias.

“Desde que comenzó la pandemia, las organizaciones comunitarias implementamos nuevos programas de asistencia social integral, y fortalecimos el trabajo mancomunado que veníamos realizando, para poder brindar más y mejores prestaciones a las personas que comenzaron a necesitar respuestas urgentes ante la interrupción de sus actividades laborales y la consecuente pérdida de ingresos”, indicaron desde la Red Social de Protección Comunitaria.

La presentación del estudio estuvo a cargo de Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, y de Alberto Minujín, director de la iniciativa Equidad para la Infancia, asesor del Joint y profesor en The New School University.

Entre otras conclusiones del informe se desprende que, por la crisis generada por la pandemia de COVID-19, las personas entrevistadas se refirieron a que al menos alguno de los integrantes de su hogar registró problemas de empleo. Por otro lado, algunos pocos lograron desarrollar las tareas laborales desde su vivienda, mientras que otros directamente sufrieron el cierre de sus locales y/o actividades. En todos los casos hubo una caída en el monto total de sus ingresos respecto a la situación previa a la pandemia.

Ante esta problemática, se observó también que algunos hogares buscaron obtener ingresos complementarios a través de préstamos, sobre todo de familiares, mientras que gran parte de las personas entrevistadas informan que recortaron gastos en servicios de la vivienda o consumos no alimentarios, como indumentaria y esparcimiento, hasta llegar en algunos casos a dar de baja la cobertura privada de salud.

“Hicimos un esfuerzo muy grande para captar a esta población, ya que se trataba de familias que, en su mayoría, nunca habían recurrido a un programa social. Desde ‘Nueva Demanda’ quisimos llegar a estas personas que quizás estaban en situación de vulnerabilidad social, cerca de la línea de pobreza, y que sufrieron el impacto de la pandemia de forma muy significativa”, expresó Alberto Minujín.

“Desde mayo del 2020 se admitieron 815 hogares, es decir un total de 2.208 personas, de los cuales han egresado un 25% de las familias. Este es un dato positivo, ya que 1 de cada 4 ha podido recuperar su capacidad de generar ingresos”, agregó.

“En hogares con inserciones laborales precarias e inestables, la ayuda brindada por el programa resulta central para lograr mantener un nivel mínimo de subsistencia. Mientras que en los hogares que vivieron este impacto como una situación de pérdida de ingresos momentánea, la prestación de ‘Nueva Demanda’ tiende a ser percibida como ‘una ayuda más’, como un ‘alivio’, que se suma a otros recursos disponibles”, destacó Agustín Salvia.

“En este contexto, la mayoría de los entrevistados mencionó como un aspecto significativo de ser parte de ‘Nueva Demanda’, el acompañamiento y el apoyo emocional que recibieron de parte de las diversas organizaciones, más allá de lo económico”, señaló.

Para concluir, las directoras de programas sociales de las instituciones que conforman la Red agradecieron los aportes filantrópicos que permitieron llevar adelante este programa y aseguraron que “el compromiso está enfocado en seguir trabajando para buscar soluciones conjuntas para las personas que se vieron más seriamente afectadas por la pandemia. Entendemos que las respuestas deben ser multidimensionales, amplias y coordinadas. Una responsabilidad compartida y solidaria”.

 

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